lunes, 5 de marzo de 2012

Entre rutinas y café

Entonces me serví un café y le puse un poco de leche. Cortado, eso de la acidez me mata. El aroma de los granos pasados por agua en su punto de ebullición, ahora lavado, siendo simples restos en la cafetera, me acompaña mientras lavo los restos del desayuno.
Cada vez que me levanto últimamente me pregunto qué voy a hacer de mi día, cada mañana es una nueva aventura. Esto de estar desempleado hace que no tenga una obligación diaria, e igualmente, como animal urbano que soy, yo creo una rutina. Mirar película de 10 a 12, a continuación, preparar el almuerzo, liviano si es posible, sino da sueño. Que sea original, que no sean restos de anoche, y si son, que tengan un nuevo sabor. Termino de comer, lavo los platos y me cepillo los dientes, entonces empezamos de nuevo. Café y una nueva película y ahora viene la ruptura, y me pregunto, por qué no hago algo un poco más productivo, que incluya una actitud activa de mi parte.

Entonces ahora subo un post al blog.

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